La Ley de Hering. ¿Ley, regla o dogma?

"Acumulemos las más meticulosas observaciones para contribuir a la fuente general de conocimiento...Es deber de todos ir aún más lejos en la teoría y práctica de la homeopatía que Hahnemann. Debemos buscar la verdad que está ante nosotros y perdonar los errores del pasado".  Hering (1)
Hoy en día la ley de Hering es ampliamente reconocida en homeopatía como una ley de curación. La ley de Hering se refiere a la dirección en la cual los síntomas del paciente desaparecerán bajo un tratamiento homeopático. Después de una minuciosa búsqueda, no encontré algo donde los contemporáneos de Hering más famosos traten o hagan referencia a una ley de dirección de curación. En las obras de Boeenninghausen, Jahr, Joslin, PP Wells, Lippe, Guernsey, Dunham, Farrington, Allen, Nash, etc no había algo al respecto. Tampoco Stuart Close en The Genius of Homeopathy (2) de 1924, ni Herbert Roberts en The Principles and Art of Cure by Homeopathy de 1936, la plantearon como ley al comentarla. (3) Ninguno menciona a Hering en sus disertaciones sobre la dirección de curación. Otras veces se refieren al fenómeno como regla más no como ley (4). ¿Formuló Hering alguna vez una ley sobre la dirección de curación? Si es así porqué su nombre no se relaciona claramente con ésta, ya sea como ley o como regla? ¿Por qué la literatura es tan ambigua?

Según la definición de los diccionarios Webster, una ley es una secuencia de eventos que ocurren de manera invariablemente uniforme, mientras que una regla permite excepciones y un dogma estriba en un juicio “Es esta falta de comprobación de la supuesta ley causa de un tratamiento homeopático “supresivo” como lo sugieren algunos homeópatas teóricos y quizás algunos dogmáticos? Si es así, ¿por qué estos famosos “puristas” no se mantuvieron firmes y comprobaron que todos sus casos fueron curados de acuerdo con la mencionada ley? Que yo sepa no ha habido ninguna prueba.


Cuando Hering murió en 1880, se reunieron colegas de todo el mundo para el homenaje al gran homeópata. Sus cuantiosos logros fueron recordados pero, curiosamente, nadie hizo mención de que Hering promulgara una ley de la dirección de curación. (5) Arthur Eastman, un estudiante que durante los últimas tres años del venerable homeópata estuvo muy cerca de él, publicó en 1917 “Life and Reminiscences of Dr Constantine Hering” sin mencionar tampoco una ley sobre la dirección de curación. (6) En 1940, 60 años después de la muerte de Hering, su yerno , Calvin Knerr, publicó Life of Hering, un compendio de notas biográficas. (7) De nuevo sin mencionar la famosa ley. No solo es confuso sino también extraño.

Hahnemann escribe en su Tratado de Enfermedades Crónicas (8):
“Durante el tratamiento de las enfermedades crónicas de origen no venéreo con medicación antipsórica, los últimos síntomas son siempre los primeros en desaparecer, pero las primeras dolencias sobre todo aquellas que han sido las más constantes e invariables, entre los padecimientos locales, son las últimas en ceder”
“Si los primeros síntomas regresan durante un tratamiento antipsórico, significa que el medicamento ataca a la psora desde su raíz y será muy efectivo para una curación completa. Si durante el tratamiento, la erupción de la piel aparece cuando todos los demás síntomas ya han mejorado se aproxima el fin de dicho tratamiento”.

En relación con la proposición de Hahnemann, en 1836, Hering escribió en la primera edición norteamericana del Organon:
“Solo el tiempo puede determinar si las teorías de Hahnemann están destinadas a perdurar mucho o poco tiempo, o si son las mejores, como sea, importa poco. Generalmente se me considera como discípulo y partidario de Hahnemann, y afirmo que soy de los más entusiastas en hacer homenaje a su grandeza; no obstante también manifiesto, que desde mi primer encuentro con la homeopatía (1821) hasta hoy, nunca acepté alguna teoría del Organon en la forma en que están promulgadas. No tengo inconveniente en admitirlo ante el venerable sabio en persona. Es auténtico espíritu hahnemanniano hacer caso omiso de toda hipótesis, incluso las elaborados por uno mismo, cuando resultan contrarias a los resultados de la experiencia pura. Ninguna tiene en absoluto una influencia positiva, hasta que conduzcan a nuevos experimentos y proporcionen un mejor estudio de los resultados de los previos”. (9)
En 1865 Hering considera como observaciones generales las reglas prácticas planteadas por Hahnemann. Especialmente enfatiza la proposición de que los síntomas deben desaparecer en el orden inverso en que aparecieron durante el tratamiento en pacientes con enfermedades crónicas psóricas. En 1875, Hering plantea solamente la noción de que los síntomas desaparecerán en el orden inverso al que aparecieron.
En 1868 Hering publica lo siguiente en el primer volúmen de The Hahnemanian Monthly en el artículo Hahnemann´s three rules concerning the rank of symptoms.
“En su tratado sobre enfermedades crónicas, Hahnemann explica que los últimos síntomas que se adquieren son los primeros en ceder. Los primeros síntomas desaparecen al final. Esta es una de las observaciones generales de Hahnemann, que al igual que todas, es de un valor infinito, una regla evidente y práctica de gran importancia”. (cursivas mías)
Queda claro que Hering no menciona alguna ley sino una regla, que en los pacientes con enfermedades crónicas no venéreas, los síntomas generalmente desaparecen en el orden inverso al de su aparición. ¿Cuándo aparece el concepto de la “ley de Hering” si al parecer nunca fue mencionada en la literatura durante la época de Hering? Lo más reciente que he podido encontrar es 1911. Se trata del artículo por Kent en el primer volúmen del “Transactions of the Society of Homeopathicians” titulado “Correspondence of organs and the direction of cure” en donde escribe:
“Hering fue el primero en plantear la ley de la dirección de los síntomas: de dentro hacia fuera, de arriba hacia abajo, en el orden inverso al de su aparición. Esto no se encuentra en los escritos de Hahnemann. Es decir, el hablar de una ley como la ley de Hering. No hay casi nada de esta ley en la literatura de la homeopatía, excepto por las observaciones de los síntomas que van de arriba a las extremidades, erupciones que aparecen en la piel y secreciones de las membranas mucosas o úlceras que aparecen arriba de las piernas al desaparecer los síntomas internos.” (10)
Es razonable suponer que fue Kent quien hizo oficial el concepto de la “ley de Hering” y sin darse cuenta popularizó la noción de una ley definida de curación. Pero resulta que al menos hasta 1899 en la Escuela Homeopática de Postgrado las direcciones de curación eran aún llamadas “Las tres direcciones de curación” mismas que fueron establecidas por Hahnemann. (11) De manera que Kent formuló suposiciones históricas falsas y engañosas al usar el nombre de Hering. En ningún otro lado he encontrado en los escritos de Kent, incluyendo la colección de Escritos Menores, mención alguna de la ley de Hering

Casi nunca veo que en un paciente con poliartritis crónica, los síntomas desaparezcan primero de la cabeza y después de manos y pies. El dolor y otros síntomas ligados a éste, pueden desaparecer de abajo hacia arriba. Otras veces en un paciente con fatiga, ansiedad, irritabilidad, dispepsia, con dolor y acné, rara vez desaparecerá primero las alteraciones emocionales, luego la dispepsia, después el dolor asociado y por último el acné. Con el medicamento indicado la mayoría de los síntomas comienzan a mejorar simultáneamente, y no necesariamente de arriba hacia abajo y de adentro hacia fuera. De hecho es muy común que el acné desaparezca más fácilmente, mientras el estado emocional podría ser el último en desaparecer por completo. Además los síntomas que pueden desaparecer en el orden inverso al que aparecieron son únicamente los síntomas presentes, sin esperar que cada padecimiento del pasado reaparezca durante el tratamiento homeopático.

Personalmente empleo las observaciones de Hahnemann sobre la dirección de curación, para evaluar la evolución de las enfermedades o su curación, pero no he podido sustentar como ley estas observaciones, ni encontrar algún colega con dicha sustentación. Las utilizo únicamente como reglas..

Actualmente con la poderosa influencia de Kent, la mayoría de los ensayos y obras sobre homeopatía declaran la “ley de Hering” como un hecho establecido asumiendo que fue comprobado desde los inicios de la homeopatía, a pesar de que, según mi conocimiento, ningún autor ha sido capaz de sustentarlo. Es una clara señal de cómo la profesión se aleja de sus fuentes originales y más esenciales. Cada generación de homeópatas acepta le ley de Hering como una perfecta ley de curación perpetuando involuntariamente esta errada suposición.

Para los estudiantes es un concepto atractivo pero los médicos deben mantenerse firmes, reportar las observaciones incluso si son contrarias a lo que se ha enseñado. Al analizar la literatura, resulta improbable que la ley que formuló Kent en 1911 sea una buena representación de toda la concepción de Hering sobre la dirección de curación y también que Kent o alguien más haya demostrado clínicamente que las observaciones originales de Hahnemann constituyan una perfecta ley de la naturaleza.

Probablemente al final de mi carrera, la homeopatía sea ampliamente aceptada. Lamentaría mucho si para entonces un grupo de científicos objetivos investigan clínicamente los principios de la homeopatía y encuentra numerosas excepciones a nuestra dogmática “ley de Hering”, de manera que nos digan que durante los últimos cien años o más la profesión ha estado ciegamente errada al asumir que esta ley era un hecho irrefutable.

Cinco de las diversas plagas que han obstaculizado el crecimiento de la homeopatía son la ignorancia, la vanidad, el dogmatismo, la idolatría y el apartarse del método inductivo. En su último discurso a la profesión en un artículo publicado en agosto de 1880 por el North American Journal of Homeopathy, Hering nos advierte que “si nuestra escuela renuncia al estricto método inductivo de Hahnemann, estamos perdidos y merecemos ser recordados únicamente como una caricatura en la historia de la medicina”.

Referencias
1.- Hering C. Prefacio. En Hahnemann SC The Chronic Diseases. Trad. de Hempel. New York: William Radde, 1845
2.- Close S. The Genius of Homeopathy. Philadelphia. Boericke & Tafel. 1924
3.- Roberts HA. The Principles and Art of Cure by Homeopathy. 2a ed. Rustington. Health Science Press. 1942
4.- Boericke G. A Compendium of Principles of Homeopathy for Students in Medicine. Philadelphia. Boericke & Tafel. 1929
5.- Raue CG, Knerr CB, Mohr C. A memorial of Constantine Hering. Philadelphia. Publicado por la familia para su circulación privada. 1880
6.- Eastman AM. Life of and Reminiscences of Dr Constantine Hering. Philadelphia. Publicado por la familia para su circulación privada. 1917
7.- Knerr Cb. Life of Hering. Philadelphia, The Magee Press. 1940
8.- Hahnemann S. The Chronic Diseases. Trad de Tafel. Philadelphia. Boericke& Tafel. 1895
9.- Hering C. Prefacio de la primera edición americana. En Organon of Medicine. New York. William Radde. 1836
10.- Kent JT. Correspondence of Organs and Directions of Cure. Trad por Homeopathic Society. 1911; 1: 31-33
11.- Loos JC. Homeopathic catechism. Journal of Homeopathics 1898-1899; 2: 480-488

Autor: André Saine.
Publicado en La Homeopatía de México. 2004; 628: 11-18

1 comentario:

marino dijo...

Grata relectura de este escrito de A. Saine, uno de los autores que mejor conoce la homeopatía clásica. Doblemente interesante: por su referencia al origen histórico de la susodicha "ley" y por su actitud de revisión crítica de los postulados homeopáticos, entre los que cabría incluir todas sus denominadas "leyes inmutables". Aire fresco en la atmósfera casi diría viciada de la aceptación acrítica que caracteriza a la homeopatía en su devenir ya bicentenario. Con un par de docenas de prácticos expertos trabajando a pleno rendimiento desde dentro del método homeopático; con la realización de las investigaciones pertinentes orientadas por sus revisiones críticas para apoyar o refutar "leyes, reglas y dogmas", qué diferente panorama. Incluso los partidarios de los llamados "avances" de la homeopatía actual (pompas de jabón sobre arenas movedizas) agradecerían unas bases más sólidas de la homeopatía. Supongo. En su ausencia, la crítica nos viene de los autoproclamados escépticos, esos campeones del pensamiento crítico. Muy deficiente, desde el punto de vista médico, hasta como sucedáneo.