CÁNCER: ABORDAJE TERAPÉUTICO

RESUMEN
Se intenta con el presente artículo esquematizar una serie de puntos básicos a tener en cuenta en el tratamiento del cáncer para que sirva como plan de actuación base sobre el que situar a nuestro paciente aquejado de enfermedad cancerosa y en función de ello elegir los remedios más indicados en cada momento. No se pretende dar pautas de tratamiento, simplemente establecer un esquema que sirva de guía durante el proceso y nos ayude a familiarizarnos con éste.

ABORDAJE TERAPÉUTICO
Después de leer abundantemente sobre el tema, de enfrentarme día a día a pacientes de complicado abordaje por la compleja patología que presentan, de perder a muchos de estos pacientes y de asistir a diversos congresos, reuniones y foros donde se exponen los más diversos puntos de vista, a veces difícilmente reconciliables, he decidido que, como para casi todo, la complejidad tiene que tener su base en la simplicidad y entiendo que se hace imprescindible un esquema básico de tratamiento.

Son muchos los aspectos a tener en cuenta a la hora de abordar el tratamiento de un paciente aquejado de enfermedad cancerosa.

Contaminada, como está, nuestra ideología médica dominante de la Teoría Celular, cualquier estudio de la enfermedad conllevará como conclusión una alteración celular como única causa última de dicha enfermedad y, por tanto, simplificará el campo de acción del tratamiento a dicha esfera celular, con la búsqueda de una terapia que destruya la zona.
De ahí la importancia que se le concede en nuestro medio a la Cirugía, Radioterapia o Quimioterapia, a pesar de la variabilidad de sus resultados y de la agresividad de su aplicación.
El uso de esas terapias está tácitamente impuesto y es un hecho que debemos aceptar para poder compaginar- adaptar nuestro tratamiento a ello.
En algunas escasas ocasiones, sin embargo, es el propio paciente el que, incluso habiéndole ofertado terapias agresivas como única posibilidad de curación, se niega voluntariamente a ellas o se ve obligado a suspenderlas por no poder soportar los efectos secundarios que éstas le ocasionan.

Son estos casos los que más libertad de acción nos proporcionan, a pesar de nuestra ansiedad para abordar una enfermedad tan compleja, con un pronóstico tan incierto.

Es importante señalar, sin embargo, que en algunos países, el uso de terapias agresivas como la quimioterapia o la radioterapia no se hace de forma general ni es una opción personal ya que viene marcada por la falta de recursos del paciente o la imposibilidad (afortunadamente?) de acceder a estas terapias.

Esto nos ofrece una amplia información de la evolución que pueden tener determinados pacientes aquejados de enfermedad cancerosa con terapias “no convencionales” y nos proporciona datos suficientes para abordar con seguridad el tratamiento desde el punto de vista homeopático.

Por todo ello es obvio que se nos ofrece un amplísimo campo de acción sea cual sea la situación en la que el paciente acude a nuestra consulta.

Como homeópatas unicistas, la idea de la dosis única es atractiva y eficaz en la mayoría de nuestros casos, pero el cáncer es una enfermedad crónica compleja y complejo y multidisciplinar debe ser su tratamiento…. no podemos esperar y debemos actuar incluso en momentos de “silencio sintomático” y para ello debemos tener claro a qué nivel actuar, con qué dosis y conocer otras opciones que a otros funcionaron cuando se agotaron sus propios recursos.

Es mi intención proponer un esquema de tratamiento donde tengan cabida, de alguna forma, la mayoría de abordajes terapéuticos de esta enfermedad y que sirva como plan previo y “guía de ruta” a la que acudir en cada una de las fases del proceso en función de los síntomas que vayan apareciendo en la evolución del paciente.

No pretendo un estudio pormenorizado del proceso del cáncer, se trata simplemente de un esquema donde situar al paciente en el momento que acude a la consulta y de abrir opciones con referencias bibliográficas donde cada uno acudirá a buscar lo que necesite para ayudar al paciente que acude.

El abordaje será absolutamente diferente si el paciente acude en un estadio I, está siendo sometido a los ciclos de Quimioterapia, o con cuidados paliativos….es muy importante situar al paciente, porque de esta forma podemos sacar el máximo partido del tratamiento homeopático para ayudarle a su mejoría o proporcionarle una muerte digna.

Los puntos básicos a tener en cuenta en el tratamiento serían:

1.- Tratamiento del shock por el diagnóstico.
2.- Tratamiento del estado mental posterior al diagnóstico.
3.- Tratamiento miasmático/ uso de nosodes
4.- Tratamiento local del tumor.
5.- Tratamiento de los efectos secundarios de otras terapias.
6.- Tratamiento del estrés que dio lugar al desequilibrio.
7.- Tratamiento paliativo.

Ni todos los pasos son necesarios, ni es necesario seguir un orden, la individualización nos obliga a personalizar el plan y los resultados pueden ser igual de satisfactorios aunque las estrategias sean muy diferentes.

1.- Tratamiento del shock por el diagnóstico.
En la mayoría de las ocasiones es un punto que pasa desapercibido y al que no le concedemos la importancia adecuada ya que la reacción del paciente suele ser “la normal”…. el miedo a la muerte o el bloqueo emocional.
Pero como homeópatas no debemos olvidar que la emociones fuertes dejan una impronta en nuestro organismo que lo desequilibran momentáneamente y es siempre interesante ayudar al reequilibrio en este sentido, especialmente en el paciente canceroso, que ya está suficientemente entretenido en reequilibrar otros procesos previos.
Por ello, y según diversos autores podemos utilizar dosis únicas de Aconitum o Ignatia (los más frecuentes) o cualquier otro remedio si el estado mental del paciente llama a ello.
El shock al diagnóstico no tiene porqué darse siempre al principio del proceso, ya que muchos pacientes llevan un tiempo de tratamiento y no conocen la naturaleza de su enfermedad.

2.- Tratamiento del estado mental posterior al diagnóstico.
Una vez establecido el diagnóstico, empiezan una serie de procesos mentales en el paciente, que abarcan desde la aceptación del proceso hasta el más absoluto rechazo acompañado de una serie de desórdenes psicológicos que el médico debe reconocer para tratar y ayudar así a que no se añadan nuevos desequilibrios.
No es siempre fácil acceder al estado mental del paciente en esta fase, pero es importante saber que el inconsciente es muy activo y por ello nuestro gran aliado son los sueños.
Por ello, en la consulta se hace imprescindible un pormenorizado estudio de los sueños.

Es de destacar también en esta fase por ser habitual encontrarla en un buen número de pacientes una actitud “muriáticum”…el paciente se preocupa en exceso de cómo están los demás frente a su diagnóstico, focalizando su atención en los demás más que en uno mismo.
Es por esta razón por lo que algunos autores recomiendan el uso de natrum muriáticum de forma protocolizada, pero, recordando una vez más la importancia de la individualización, simplemente se apunta el hecho para que cada médico actúe con su paciente en función de sus circunstancias.

3.- Tratamiento miasmático / uso de nosodes
En este punto, Carcinosinum parece ser un remedio necesario y de probada eficacia para disminuir el tamaño y agresividad del tumor, aunque no sea el único nosode a emplear, porque si bien algunos autores lo usan de forma protocolizada, otros individualizan y eligen otros nosodes más afines al caso.

La pauta de administración no siempre es la misma, variando desde la dosis única, alternándola con remedio constitucional o afín al tipo de tumor, hasta la repetición continua del nosode durante un tiempo determinado.

Encontramos también controversia en cuanto a la potencia a utilizar, defendiendo algunos que no debería darse por debajo de 200 CH y utilizando otros las potencias 30 CH de forma habitual.

Todo ello nos provoca muchas dudas a la hora de comenzar una pauta de tratamiento, por ello es importante leer profusamente sobre el tema y elegir aquella opción que más se adapte al caso en cuestión o a nuestro hacer homeopático habitual…

Donde si encontramos más acuerdo es en considerar que en la enfermedad cancerosa hay una dominancia clara de la sicosis y que el proceso curativo no comienza hasta que la sicosis empieza a descargar.

Por ello, es básico, en caso que el paciente presente síntomas claros de otro miasma, tratar ese miasma hasta que aflore la sicosis y posteriormente hacer un tratamiento de ésta. Son en estos casos donde algunos autores alternan la administración de carcinosinum u otro nosode elegido con el remedio miasmático indicado.

4.- Tratamiento local del tumor
Sería éste el punto de mayor discusión ya que, en principio, podríamos plantearnos la tan problemática cuestión de si estamos tratando al paciente o a la enfermedad…
Opiniones habrá muy diversas, pero lo que sí hemos comprobado en nuestras consultas es que el paciente aquejado de un tumor está “invadido” por un fuerza desequilibrante que innegablemente debemos parar (bloquear, anular, eliminar, negativizar…) para comenzar a tratar al paciente y que sea su propia fuerza la que de nuevo le lleve a recuperar el estado de salud.

¿Cómo bloqueamos esa fuerza desequilibrante?

En nuestra sociedad y debido a la oferta de terapias convencionales, la mayoría de pacientes se van a ver sometidos a la supresión del tumor por cirugía, Rx o Quimioterapia, a menos que no estén indicadas (tumores cerebrales de difícil acceso quirúrgico en los que la QT tampoco se indica por no atravesar la barrera..) o que el paciente (escasos casos debido a la presión ejercida desde distintos frentes) se niegue a ello.

Pero tenemos la experiencia de otros colegas cuyos pacientes no utilizan estas terapias y tienen protocolizado el tratamiento local del tumor con remedios de reconocida afinidad a diversos órganos y de probada eficacia.

Su utilización, generalmente alternada con otros remedios que actúen a nivel miasmático o como remedio de fondo ha dado como resultado en muchos casos la mejoría del paciente y la desaparición del tumor.

5.- Tratamiento de los efectos secundarios de otras terapias.
Es, sin duda, el mayor campo de acción y el momento en el que acuden pacientes no conocidos a nuestras consultas.
Es importante entonces no reducir nuestro tratamiento a dichos efectos secundarios sino poner en marcha todo el proceso de curación del paciente partiendo de este punto..indagar desde la reacción al diagnóstico, el estado mental mantenido en todo el proceso, la impregnación miasmática….

Resulta imprescindible, sin embargo, prestar atención a síntomas provocados por las terapias a las que se ve (y se verá durante un tiempo) abocado el paciente. De la mejoría obtenida en este sentido dependerá el cambio de actitud del paciente y la consideración del proceso canceroso como una oportunidad de cambio en su vida que le llevará a la sanación si no ha atravesado “el punto de no retorno”…

Son muchos los remedios utilizados con resultados muy favorables: Belladona para la fiebre alta y la inflamación de tejidos tras la quimioterapia, Staphysagria tras cirugía, Nat-Sulf en edemas de tumores cerebrales, Radium Bromatum tras radiación…

Siempre, sin embargo, la mejor prescripción será aquella basada en los síntomas que presente el paciente pero teniendo en cuenta que puede variar en cualquier momento y ello requerirá una revisión de síntomas y de prescripción con mayor celeridad que en cualquier otro proceso.

6.- Tratamiento del estrés que dio lugar al desequilibrio.
Como toda enfermedad, el tratamiento debe conducirnos a la eliminación del estrés que produjo y mantiene el desequilibrio. Buscamos con ello el llamado remedio de fondo que devolverá la salud al paciente.
Sin embargo, como hemos visto anteriormente, el cáncer es complejo y puede ser que pase mucho tiempo de tratamiento antes de empezar a tratar al paciente con un remedio de fondo porque es básico actuar primeramente a otros niveles. O simplemente haya una incapacidad por nuestra parte para llegar a él..
No quiero decir con ello que no podamos empezar el tratamiento con el remedio de fondo con resultados positivos, pero conviene abrir posibilidades.
En ocasiones, incluso, las características del tumor nos lleva a un remedio de fondo que creíamos haber encontrado y era sólo un similar y cuando damos el auténtico remedio de fondo todos los posibles tratamientos adyuvantes se hacen innecesarios…

7.- Tratamiento paliativo.
Si el paciente acude en este momento son muchos los recursos y remedios que podemos emplear para ofrecer una muerte digna y sentirnos satisfechos como médicos por la labor que podemos desarrollar.
Es bien distinto si nuestro paciente estaba siendo tratado y entra en este punto de “no retorno”. Es entonces cuando tenemos que hacer un gran esfuerzo para aceptar la situación (especialmente dura si se trata de niños) y dejar de solicitar al cuerpo una energía que no tiene para ofrecerle toda la tranquilidad que necesita para la muerte digna.
Son muchos los remedios con los que contamos para afrontar los síntomas propios de la fase terminal: la astenia (ars. cad-sulf.phosp-ac….), la anorexia (Ant-cr. hydr.chel.), la dificultad respiratoria (Ars. ant-t. carb-veg..), las alteraciones del sueño (coff. passif. kali-phos…), los problemas de ulceraciones en cánceres abiertos (Ast-r)…

CONCLUSIONES
Por todo lo visto anteriormente reitero una vez más la complejidad del proceso y por ello se hace necesaria la racionalización del tratamiento.

La enfermedad cancerosa produce un desequilibrio energético que se ve aumentado por la presencia del tumor que produce alteraciones locales más o menos graves dependiendo del volumen y de la ubicación. A ello tenemos que sumar el hecho de que probablemente haya células cancerosas circulantes y que los tratamientos concomitantes que se dan en nuestro medio son muy agresivos.

El objetivo básico es luchar-bloquear el daño que se ha producido teniendo en cuenta el estrés que dio lugar al desequilibrio inicial con una base miasmática determinada….

Con el esquema anteriormente expuesto ha sido mi intención proporcionar una familiaridad con el proceso canceroso. Familiaridad que nos ayuda a “traducir” determinadas pautas de tratamiento alejadas de nuestro quehacer diario, pero entendibles si las situamos en el plano adecuado.

Hay muchos abordajes diferentes y es conveniente abrir posibilidades actuando a distintos niveles, pero teniendo un plan de tratamiento que es necesario en toda enfermedad crónica.

La alternancia de remedios no contradice, en principio, la teoría de la dosis única, simplemente aumenta de forma vertiginosa la velocidad de administración de ésta, aumento que no se hace necesario en otros procesos menos complejos.

BIBLIOGRAFÍA
Foubister, D. Carcinosinum
Hahnemann,S. The Chronic Diseases. New Delhi: B.Jain Publishers
Hahnemann,S. The Organon of Medicine. New Delhi: B. Jain Publishers.
Master,F. Tumors and Homeopathy. Indian Edition H. Back
Pareek,A, Pareek, R.S. Krebs- Heilbar durch Homöopathie
Ramakrishnan,A.U. and Coulter,C. A homeopathic approach to cancer. Ninth House Publishing.


Autora: Dra. Teresa Arráez
Publicado en Revista Médica de Homeopatía, Vol. 3, nº 1, Enero-Abril 2010:14-18.

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